lunes, 1 de diciembre de 2008

El complot que acabó con el coche eléctrico

Desde los años 60, se trabaja en la fabricación del coche eléctrico, ese ansiado vehículo que nos va a salvar del la abusiva contaminación ambiental. Gobiernos y empresas del sector automovilístico de todo el mundo, llenan su boca con palabras vacías y extremadamente falsas, acerca del “coche fantástico” que nos ayude a paliar de alguna manera, el cambio climático. Lo tristemente cierto, es que el vehículo en cuestión, existió… Disponible en el mercado desde 1996, el EV-1 (vehículo experimental nº 1) de dos plazas se distinguía por su diseño aerodinámico, un motor eléctrico capaz de acelerar como un modelo deportivo y una duración de la batería de hasta 200 km, lo cual satisfacía las exigencias del 90% de los conductores californianos. ¿Su mayor atractivo? Se cargaba de energía en unas cuantas horas por sólo tres dólares (2,40 euros). Para entonces se construyeron más de 1.000 unidades del EV-1 y fueron ofrecidos bajo el sistema de alquiler prolongado ('leasing', muy popular en Estados Unidos) en California y en el vecino Estado de Arizona, pero seis años más tarde, los vehículos habrían desaparecido de las carreteras. El EV-1 habría sido condenado a muerte bajo sentencia de la misma General Motors por ser demasiado económico para sus dueños, sin motor, no necesitaba aceite, no tenía filtros ni bujías, en fin, toda una pérdida para la industria de los coches y sus diferentes 'filiales'. Las compañías petroleras sentencian de igual manera al EV-1, presionando a los poderes públicos para que dejaran de subvencionar los coches eléctricos, que podrían haber representado un peligro a largo plazo para la actividad de un sector que amasa decenas de miles de millones de euros por año.


Entre los sospechosos, señala a la administración republicana del presidente estadounidense, George W. Bush, que presionó con éxito para que se anulara la 'directiva emisión cero'. Esta rotunda oposición a la popularización del coche eléctrico por parte de los aliados de Bush se explica por sus nexos con los sectores de los fabricantes automovilísticos y el petróleo. El documental de Chris Paine 'Who killed the electric car?' (¿Quién mató al coche eléctrico?) retrata la historia del 'EV-1', un automóvil construido por el gigante General Motors (GM) para acompañar una ambiciosa legislación ecológica en California (oeste del país).

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es increíble que luego nos vendan su lucha por el medio ambiente... Que falso es el mundo...